jueves, 15 de abril de 2010

Mi hermandad


Mi hermandad no se encierra en las cuatro paredes de un hogar. Mi hermandad no conoce fronteras, porque está cobijada por la luz que se da para todos, tanto para el humilde como para el de venturosa cuna.

Mi hermandad no se restringe a velar por los intereses de la sangre o de un apellido de abolengo. Mi hermandad, si acaso se restringiera, sería hacia las almas que buscan la luz. Más sin embargo, en el fondo todos son mis hermanos… porque todo y todos son mis maestros.


Es hermano el río que fluye y me enseña a no estancarme… hermano el gorrión que entusiasta canta y me dice cómo volar y emprender la marcha cuando es preciso encontrar otros parajes.

Hermano el mendigo de quien aprendo a ser humilde y recibir con alegría las múltiples dádivas de la vida… Hermana la luna que me enseña la disciplina, el orden y las diversas fases, presentes siempre en la vida.

Hermano el sol que cálidamente me cobija y me trae la luz tan necesaria día a día. Hermano el convicto que purga tras las rejas sus faltas y me deja ver el amargo sabor del arrepentimiento. Hermano el árbol que abriga, cobija, da fruto, y me muestra la generosidad del dar sin distinciones.

Es mi hermano el orgulloso que no ha aprendido la riqueza del saber doblegarse. Y mi hermano el tímido quien me recuerda mis propios momentos de duda acerca de los talentos que el Padre me ha encomendado. Hermano el generoso, de quien aprendo el don del desprendimiento. Y hermano también el iluminado porque aclara y llena de luz mi sendero.

Mi hermano es el viento que corre libre y sin tropiezos, enseñándome la importancia de estar en todo y en todas partes sin aferrarse ni estancarse en ningún sitio… Mi hermano el que sufre desesperanza y me muestra la angustia de no poder ver la luz. Mi hermano es el amoroso y mi hermano es el que odia. Porque el primero desborda lo que éste último ha rechazado en su corazón.

Mi hermano es el que ríe porque el sol se ha estacionado en su interior, y mi hermano es el que llora porque me permite borrar sus lágrimas con pinceladas de ternura.

Mis hermanos, lo repito, son todos, porque venimos de la misma Madre y del mismo Padre. Todos y todo somos manifestaciones vivientes de ello.

Mi hermandad, por tanto, no se restringe al apellido o a los lazos de la sangre. Mi hermandad lleva más bien los lazos del espíritu, los lazos de la vida, los lazos del amor, los lazos de la Luz…


-Elvira G

sábado, 3 de abril de 2010

El Sueño Colectivo

Nacemos y nos dicen: ¡duerme!
Pero en cada mirada esperan
los dioses un despertar...



En aquella interminable ronda de sueños de veinticuatro horas, de todos los días, en medio de aquel terrible sopor colectivo, ella de pronto se sobresaltó e incorporándose sobre su cama se dijo: ¿y si el mundo estuviese iluminado y yo despierta? Eso me haría constatar la importancia de estar viva día tras día; lo imprescindible de sentir y ser consciente de que cada nuevo despertar llega pleno de posibilidades, que todas están ahí, latentes, y que cada mañana es como un campo virgen que se nos presenta para sembrarlo de cosas bellas.

Pero el trajín diario y el compartir ese sueño colectivo cada vez más profundo, nos hacen olvidarlo todo. El roce con la gente y con todo aquello que me cansa, viene a matar esa chispita de sensibilidad que comenzaba a iluminarme. Entonces caigo, doy de tumbos y me hago desconfiada y rencorosa, y el odio y la miseria interna comienzan a carcomerme el corazón.

Es en ese momento cuando hay que despertar y recordar que nosotros somos también promesas de Luz; que el mundo está iluminado y si llevamos la mirada presta, siempre pronta a recibir lo que venga de fuera, la vida, entonces, cobrará un renovado interés. Valorar a las personas por lo que son en sí mismas y no por lo que nos den. Reconocer en una persona su heroísmo y sus esfuerzos continuados. Verla cuando está frente a nosotros no como una máscara que oculta algo, sino como un bello enigma a descifrar, algo maravilloso y mágico que se oculta tras la vestimenta efímera del cuerpo físico. Adivinar en ella la belleza que forma parte de esa Gran Alma Universal.

Si así lo hiciera… ¡si lograra no caer en el profundo sueño cotidiano y colectivo! Si lo comprendiera a cada instante y a cada momento, ¡cómo cambiaría mi concepción de la vida! El día, ese devenir intrascendente de horas y minutos, se convertiría en una jornada plena de vivencias y enseñanzas. Aprendería a observar y a observarme a mí misma.

Cuántas veces he matado con la palabra y cuántas otras con el silencio. Cuántas más pasé indiferente ante el dolor humano. No sabía cómo remediarlo y esa era mi excusa para rehuirlo. ¿Por qué no prepararme entonces por mí y por los demás?

Se nos escapa la vida, dándonos disculpas a nosotros mismos, y los días y los años se escurren como el agua, y vamos caminando como quien no persigue un fin ni un objetivo, y perdemos tiempo y energía. Para evolucionar es necesario trazarse una meta; que ésta sea ascendente y que vaya hacia delante. El hombre observador y que desea encontrar la verdad, tarde o temprano se da cuenta de lo vana que resulta la vida de todos los días. Buscará algo que trascienda, que sea permanente, tratará de encontrar una respuesta coherente a los enigmas del ser, de la civilización, de la cultura. Finalmente descifrará la incógnita del por qué, del cuándo, del cómo y del dónde.

Las bibliotecas están llenas de libros que guardan grandes secretos y verdades. Todos esperan ahí, pacientes, a que despierte mi curiosidad; todo está al alcance de mis manos para evolucionar y ver claro, o quedarme ciega, dormida… y morir.

“El mundo iluminado y yo despierta”… la frase se repetía, se repetía incesante, como un goteo, como un apacible mantra… De pronto alguien tocó a su puerta: ¡eh, Esperanza, despierta! ¡Al trabajo, a hacer algo, ya no son horas de soñar! ¡Despierta!

Entonces, Esperanza, la de los sueños, saltando de la cama se dijo determinante: ¡no volveré a ser Tristana, la de esa mi supuesta “realidad” cotidiana! Este sueño tan vívido, ha permitido que la luz de mi conciencia se filtre en mi interior y devele mi verdadera esencia. ¡Soy Luz, estoy despierta! A partir de hoy comenzaré a fluir con las señales y sincronicidades.

Nunca más las dificultades me parecerán tropiezos… ¡se convertirán en sabias maestras que me ayudarán a desplegar mis alas! He comprendido al fin que en lo ordinario se esconde lo extraordinario si soy capaz de ver con los ojos del corazón. Este sueño ha sido una revelación para mostrarme que, si yo lo decido, ¡el mundo siempre estará iluminado y yo despierta!... Sí, despierta para procurar ahora el despertar de quienes aún viven ese sueño colectivo de las veinticuatro horas… de todos los días!


Elvira G.


® Derechos Reservados.

jueves, 25 de marzo de 2010

QUE ni COMO

La capacidad de asombro es lo que se pierde cuando se convierte uno en adulto, las cosas dejan de impactarnos y por lo tanto dejamos de aprender a ver.

Siempre he sentido que mi vida va mas allá de la rutina que nos encierra en la monotonía de una vida sin lugar para el asombro. Lo asombroso que se siente el aire rozando tu rostro, el sol calentando tu piel, los distintos tonos de verde en los arboles de tu alrededor, lo implacable, inmenso y fantástico del cielo que nos regala distintas tonalidades de azul, el contraste del blanco de las nubles y profundo del negro.

Tengo la sensación desde hace un tiempo de que un gran cambio esta por venir, al principio lo que los miedos nos venden me hizo pensar que seria el fin del mundo, pero lo que ahora siento, es que lo que viene, es un gran cambio, una tan grande, avasallador y profundo, que me invita o me hace sentir la necesidad de estar preparada para ello, aunque sigo en busca de como lograr estar lista, siento esa enorme, es que no hay otra palabra, necesidad de aprender a abrir mi mente, mi conciencia, para poder ver las señales e interpretarlas de manera correcta.

Todo este cambio que inicio en mi, resulto por la necesidad de encontrar la respuesta mas importante... cual es el propósito u objetivo de mi vida, para que estoy aquí. Mi vida ha estado siempre llena de señales, mi vida ha estado llena de energía, hasta ahora comienzo a comprender, a entender, tengo ganas de hacer, pero no se como. se que tengo que hacer algo, mis adentros me lo reclaman, solo que no se QUE ni COMO.

Buen día.

-Isis Facundo Lopez

lunes, 15 de marzo de 2010

Los caminos se siguen abriendo

Les compartimos algo que nos hizo llegar Rolando Franciso Lara

Hoy temprano tuve ocasión de ver la película de Santiago Pando. Más tarde, buscando en la red me encuentro con Ustedes.

Reconocer el momento presente, el aceptarlo como que es lo que es, me permite un punto de partida hacia el interior, y hacia la verdad.

La observación de mis respuestas hacia lo que recibo del entorno me ha ilustrado sobre mi esclavitud de la mente. No la uso, ella me utiliza a mí, me controla, quiere sujetarme al pasado y al futuro, para alimentarse a sí misma y al ego, y con ello fortalecerse para darme una lucha mayor. Sin embargo, busco el presente y lo encuentro, estoy presente, vivo el momento presente con intensidad y la mente se debilita, soy más fuerte que ella, venzo con suavidad la esclavitud y encuentro la libertad, la paz. Desaparecen los fantasmas del pasado y los temores del futuro, y la fortaleza invade mi cuerpo interno, se iluminan los caminos y la claridad se amplía en el horizonte expandiendo la creatividad, se pierde la competencia y sólo veo el camino interno hacia el crecimiento del mismo momento, hacia la vivencia interior.

Busco alrededor y encuentro el eco, resonando frágilmente en las paredes de mi craneo, y entiendo, entiendo mi situación de vida, mi ahora, mi aquí, despierto a la soledad esplendorosa, despierto hacia adentro y reconozco que el vivir el momento presente no es vivir en el tiempo mecánico ni en estado de confort, la dimensión es otra, es la verdad, es la paz, es la unidad.

Hasta que la mente de nuevo controle mi interior.

viernes, 19 de febrero de 2010

PROYECTO: AMANDO MÉXICO

México está viviendo un momento de turbulencia y transformación. Es el colapso de un viejo sistema de creencias y el nacimiento de una nueva conciencia colectiva.

Unidos formamos un Ser de luz colectivo.

El viejo sistema, la razón de los buenos contra los malos, muere cuando se logra la unidad, todos somos uno, en el corazón.

Para ello hay que trascender las diferencias, políticas, religiosas, económicas, raciales y culturales, que nos dividen y enfrentan.

Amando México lo transformamos.

Sólo se puede amar desde el corazón del todos somos uno.
La razón divide, el corazón une.

Hay dos opciones de vivir nuestro ahora:
Sufriendo o amando México.
La razón del miedo nos hace sufrir. El amor a la verdad nos libera.

Estrategia:
Hacer una campaña viral para conectarnos a una vibración: Amando México.

¿Qué haces? Amando México. ¿Cómo ayudo? Amando México.

Si en vez de quejarnos, criticar y ver todo de manera negativa, comprendemos que lo que vivimos es parte de un proceso, y que tanta incertidumbre tiene un para qué divino, estamos Amando México.

Si en lugar de hablar mal de nuestros enemigos, los vemos con ojos de perdón, estamos amando México.

Si en ves de juzgar a los políticos les tenemos compasión, entonces estamos Amando México.

Todo, cualquier circunstancia, la podemos mirar desde la razón, juzgándola, o con el corazón, sin juzgar. Todo es lo que es. Y está en
sincronía con la verdad superior.
Somos espejos los unos de los otros. Amando México es amarse a sí mismo.

Un pequeño cambio es el inicio de las grandes transformaciones. Nadie tiene la culpa, cuando todos somos responsables.

La razón reacciona. El amor del corazón acciona.

Amando México. Amando al enemigo. Amando al diferente. Amando
al prójimo. Amándonos.

-Santiago Pando

jueves, 18 de febrero de 2010

Mensaje de David

Queridos amig@s de Crónicas en el Despertar:

Estoy emocionado por mi próxima visita este fin de semana en Monterrey ya que muchos lector@s de la Ciudad de las Montañas se han mostrado muy activos en www.yosomos.com y para mi será un verdadero placer verlos por ahí.

Teatro Cuántico es un taller dirigido a todo mundo, no hace falta ser actor o actriz, ni siquiera importa si te has subido alguna vez al escenario, tampoco son necesarios conocimientos de física. Los únicos requerimientos son las ganas de aventurarse de manera divertida por la ciencia que esta marcando el nuevo paradigma.

Descubran como cambiamos las formulas por el escenario y a las partículas por los participantes. Descubran de que modo lanzamos un mensaje de esperanza hasta ahora escondido en el interior de los átomos y de cada uno de nosotros.

Inscripciones con cronicas al despertar al 01(81) 17-38-97-39

Les comparto lo publicado ayer en nuestro blog

-David Ginberg

domingo, 7 de febrero de 2010

El día que nací

Puedo decir que son pocas las cosas que me han hecho renacer. No hablo de charlatanerías que se escuchan bonito, más pronto se olvidan y todo vuelve a ser igual; hablo de cambios profundos, vuelcos de 180 grados, zarandeadas de la vida que me han hecho cuestionarme el para qué de mi existencia en este mundo.

Las punzadas en mi hombro del dedo de Dios comenzaron tímidas, sensibles, casi imperceptibles; después se hicieron más insistentes hasta que finalmente volteé.

Para mi sorpresa, lo que encontré era lo que menos esperaba, lo más común de mi vida; Yo. Me estaba viendo a mi misma, no como un reflejo, pues ella se movía, pensaba, hacía y deshacía y yo simplemente observaba, atenta a cada pequeño gran paso.

Comencé a analizarme por fuera, pero sabiendo lo que hay dentro. Tristemente vi que muchas de mis actitudes me llevaban a obtener resultados de sufrimiento y desespero, que empañaba la belleza del todo con el miedo, que me escondía tras una cortina de falsas creencias.

El aprendizaje se fué dando. Sabía cómo debía actuar para triunfar ante mis circunstancias. Recordé lo que siempre había sabido, pero estaba afuera, y ella seguía confundida sin razón.

De pronto, cuando estuve lista, aparecieron maestros que me mostraron el camino hacia el amor. Maestros que instruyen con el ejemplo, seres humanos totalmente coherentes con su pienso-digo-hago, mensajeros de luz.

Es una falsedad afirmar que "el que no escarmienta no aprende". Es posible aprender de las experiencias de otros para no tener que sufrir por las causas perpetuamente conocidas.

A aprender se aprende, y yo sigo aprendiendo.

Mi para qué en este mundo no te lo voy a decir, tal vez es momento de que descubras el tuyo...

-Alma Bárcenas